Manuela Ramos, a través de Ceres-Castilla y León, pone el acento en la mujer rural y el asociacionismo

Cuando se habla de mujer en general, Manuela Ramos pone el acento en la mujer rural y el asociacionismo en particular a través de Ceres-Castilla y León, la Confederación de Mujeres del Mundo Rural. Ramos intervendrá pasado mañana, viernes 12, en la Mesa Redonda ‘Participación de la Mujer en el desarrollo de Castilla y León’, junto a la consejera de Familia, la directora de la ONCE en Ávila, la viceconsejera de Universidades y una científica.La jornada podrá seguirse desde las 11:00 horas del viernes en elnortedecastilla.es.

Manuela Ramos considera que hay políticas de igualdad que deben ser las mismas, independientemente de dónde viva la mujer, por ejemplo las relacionadas con la maternidad pero, «hay otras que tienen que ser diferentes porque los proyectos de vida son diferentes. En el medio rural tienen que ser políticas con una visión más global».

Muchas de esas mujeres que viven en el medio rural están vinculadas a la agricultura o a la ganadería y en este sentido, aprecia que las políticas agrarias no tienen en cuenta la perspectiva de género. «La mujer se ha ido incorporando a la actividad agraria muy poco a poco, sigue siendo un sector muy masculinizado», detalla. «Las explotaciones necesitan ayudas de compensación de precios y esas ayudas del PDR (Programa de Desarrollo Rural) están hechas desde el punto de vista masculino».

Aclara que «el modelo productivo masculino es diferente al femenino y que tiene explotaciones menos dimensionadas, algo que se puede asemejar a una jornada reducida, porque la mujer necesita la conciliación».

Recuerda que hace una década ya se puso en marcha la Ley de titularidad compartida cuyo objetivo principal es la visibilización de las mujeres que trabajan en las explotaciones agrarias pero que no constan como tales. «Aunque la ley tiene un fondo muy bueno y un objetivo muy justo, su puesta en marcha no ha obtenido los resultados esperados, porque la ley carece de ventajas económicas de continuidad para la explotación y para la propia mujer ya que en la mayoría de los casos, por la edad de la mujer, ni siquiera va a cotizar lo suficiente para tener una jubilación mínima».

Castilla y León es la región con más titularidades compartidas. «A mi parecer se debe a que la Junta de Castilla y León apostó desde un primer momento por esta figura, desarrollando la orden, creando el registro de titularidad compartida y dotándola de un equipo de trabajo en la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, con Mercedes Bercianos (Jefa de Servicio de Modernización Agraria) a la cabeza, que ha hecho y hace un trabajo impecable».

Manuela asegura que el asociacionismo femenino goza de «buen estado de salud» y que «en la mayoría de los pueblos hay una asociación de mujeres: eso es un valor a tener en cuenta». Durante la pandemia, la cara más visible del medio rural ha sido la de los hombres, pero destaca el papel de las mujeres que «fue más allá de la provisión de alimentos, ya que dada la capacidad que tienen para asociarse y para organizarse a la hora de afrontar situaciones, fueron ellas principalmente las que se encargaron del bienestar, de la vigilancia y del cuidado de las personas mayores del pueblo», algo que parte de «esa predisposición a la organización y al asociacionismo de las mujeres del medio rural».

Valora de manera positiva la red de mujer rural que han creado la consejería de Familia e Igualdad de Oportunidades y la de Agricultura de la que forman parte varias asociaciones y en la que «vamos a trabajar de forma colaborativa, no competitiva».

Mesa Redonda

Día. Viernes 12 de marzo.

Hora. 11:00.

Dónde seguirla. elnortedecastilla.es

Tema. Participación de la mujer en el desarrollo de Castilla y León.

Participantes. María Isabel Blanco, consejera de Familia e Igualdad de Oportunidades; María Quindós, directora de la ONCE en Ávila; Hilde Pérez, científica; Manuela Ramos, representante de CERES, y Pilar Garcés, viceconsejera de Universidades.

Categorías: Prensa